¿QUÉ ES LA FIC?
Definición
El “cáñamo” es una subespecie de la planta Cannabis sativa L., la cual se diferencia de otras subespecies principalmente por la concentración de sus diferentes cannabinoides.
En el cáñamo, o cáñamo industrial, predominan el Cannabidiol (CBD) y/o el Cannabigerol (CBG) en detrimento del tetrahidrocannabinol (THC), siendo el índice de psicoactividad siempre inferior a 1.
Se debe diferenciar al cáñamo industrial del cannabis psicotrópico, comúnmente conocido como “marihuana”, por sus niveles muy altos de THC (hasta un 30%) y niveles muy bajos de CBD (inferior al 2%).
La Unión Europea diferencia en el Catálogo Común de Variedades de Especies de Plantas Agrícolas (Reglamento 1308/2013) hasta 113 variedades diferentes, registradas para el cultivo de cáñamo industrial, todas ellas tienen un bajo contenido de THC y un alto contenido de CBD y/o CBG. Siendo solo 5 de ellas las disponibles en España: Delta-405, Delta-llosa, Fibrimon 24, Fibrimon 56 y Fédrina 74.
Usos
El cáñamo se ha convertido en un protagonista destacado en la bioeconomía, emergiendo desde finales del siglo XX como uno de los sectores agrícolas e industriales de mayor crecimiento en décadas.
Su versatilidad es asombrosa: todas las partes de la planta, desde los tallos hasta las semillas, flores y hojas, pueden ser recolectadas y procesadas, lo que permite una amplia gama de aplicaciones. Esta diversidad significa que una sola cosecha tiene el potencial de generar una gran variedad de productos.
El cáñamo es un recurso altamente polifacético utilizado en la fabricación de biomateriales, biocombustibles, cosméticos, alimentos y suplementos. Los materiales derivados del cáñamo son reutilizables, biodegradables y compostables, lo que lo convierte en una opción muy atractiva para la industria.
Su resistencia y ligereza lo hacen especialmente adecuado para una amplia gama de aplicaciones industriales. Por ejemplo, los biomateriales derivados del cáñamo pueden ser transformados en textiles, materiales de construcción, papel, biocompuestos (utilizados en embalajes o en la industria automotriz), muebles, fibra de vidrio, mantillo, compost, combustible e incluso en pintura. Además, las semillas pueden ser utilizadas para producir alimentos saludables, piensos o cosméticos.
Además, el cultivo del cáñamo se destaca por su bajo impacto ambiental, ya que requiere menos agua y pesticidas en comparación con otros cultivos tradicionales. Su capacidad para mejorar la calidad del suelo y su rápido crecimiento lo convierten en una opción sostenible y prometedora para la agricultura moderna.
Esta adaptabilidad y potencialidad hacen del cáñamo un recurso de gran valor en la economía moderna.